Indiana Jones y La última cruzada
Robert Watts, productor ejecutivo de la cinta, quien había realizado varios westerns en Almería, fue el responsable de buscar las localizaciones necesarias en nuestra provincia para dar vida a la visión de Spielberg y Lucas. Cinco días antes de que se iniciara la filmación de la película (el 11 de mayo de 1988), se distribuyó el programa de rodaje.
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Descanso durante rodaje |
El primer destino de Spielberg y el equipo fue nuestra tierra, donde comenzaron las complejas escenas de acción a bordo del tanque, que no había sido nada fácil de transportar hasta un lugar tan desolado. El equipo -americano, británico y español-, formado por unas 180 personas, se repartió entre el Gran Hotel de Almería, el Hotel Playadulce y el Hotel La Parra. Spielberg, por su parte, alquiló un chalet en la zona de Villa África, Aguadulce. Tal y como Watts había planeado, todas las localizaciones estaban cerca. Steven Spielberg supervisó personalmente la elección de cada escenario de rodaje desde el aire, en helicóptero. La primera escena a la que se enfrentaron fue una persecución a caballo a lo largo de la rambla de Tabernas. Aunque originariamente las escenas del tanque en el desierto debían rodarse en dos días y medio, el rodaje se prolongó algo más de nueve días
A finales de mayo, Spielberg guió al equipo por el resto de localizaciones de la provincia: Escuela de Bellas Artes, Calle Almanzor, la playa de Mónsul, la antigua pista de tierra que comunica Los Escullos con San José, el cerro del Cinto (lugar de explotación de las minas de Rodalquilar), el campo de aviación abandonado de Mojácar y Sierra Cabrera (Turre).
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Minas de Rodalquilar |
El eje en torno al cual giró en su mayoría el comienzo de la aventura del profesor Jones por tierras almerienses, fue el Desierto de Tabernas, más concretamente los alrededores del bar Alfaro, ubicado a escasos metros del cruce de Tabernas, contiguo a la gasolinera. Junto a éste y en unos pocos kilómetros a la redonda se localizaron prácticamente todos los escenarios de las secuencias de acción a bordo del tanque. Situado a escasos metros del citado bar, junto al puente de piedra de la carretera antigua de Tabernas (en la actualidad, la vía de servicio), estaba el campamento de rodaje principal. Dicho asentamiento contaba con una serie de servicios especiales como por ejemplo:
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Playa de Monsul |
Dos comedores para todo el personal del rodaje, compuestos por mesas para cinco o seis personas. Las estrellas Harrison Ford y Steven Spielberg compartían almuerzo con el resto del equipo. Cuartos de baño completamente acondicionados con duchas, lavabos, retretes. Todos ellos conectados a la red de distribución de agua potable y de saneamiento. El horario de trabajo en el rodaje era de ocho de la mañana hasta media tarde, incluido el tiempo de almuerzo, que era de unos 25 minutos escasos (estando terminantemente prohibido la ingesta de cualquier bebida alcohólica). Existió un servicio de transporte que comunicaba la capital con el campamento y con el resto de las localizaciones. El equipo de rodaje no escatimó gasto alguno y se fletaron numerosos autobuses y taxis.
Los explosivos fueron necesarios para rodar las escenas de acción que en su mayoría se realizaban a campo abierto, a lo largo de las Ramblas de Indalecio, Trujillo y de la Rambla del Buho, Las salinillas y una escena posteriormente eliminada en los antiguos Baños de Alfaro (Rioja
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Rambla Tabérnas |
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Escuela de artes |
La más famosa de las escenas de acción del film, es aquella en la que el mismo avión se introduce en un túnel para perseguir a nuestros héroes. Dicho túnel está localizado en el entorno de las Minas de Rodalquilar, exactamente en el Cerro del Cinto. Se trata de un túnel excavado de forma tradicional en roca viva que posee una longitud de unos 140 metros. A través de él se evacuaba el material sobrante de las voladuras y perforaciones del yacimiento. Su estado de conservación es lamentable, pudiéndose observar a mitad del mismo, desprendimientos.En la capital se desplazaron a la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, para rodar la escena del Palacio de Hatai. Seguidamente, en la parte norte de la ciudad, debajo de la Alcazaba, encontraron en la Calle Almanzor los exteriores perfectos para rodar una conversación por la antigua ciudad de Iskenderun.
Todo esto y mucho más, fue lo que dio de sí la aventura de Indiana Jones a través de las tierras Almerienses, escribiéndose uno de los últimos y más reconocidos e importantes capítulos de la aportación de Almería al mundo del séptimo arte
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